¿Sabías que 10 mil millones de toneladas de residuos es lo que generamos cada año y eso es mucho más de lo que el planeta puede soportar? Pasar de un sistema económico lineal, donde creamos cosas para luego tirarlas, a uno circular y regenerativo, inspirado en el gran ciclo de los ecosistemas, es a estas alturas un deber. Y ya tiene fecha de expiración: el 2050 la ONU declaró el límite para hacer las paces con la biodiversidad. Hoy, en el Día Mundial de la Naturaleza, revisamos el valor de la vida silvestre y por qué el 2023 será histórico para Chile con el aterrizaje más importante de la Ley REP.
En el mes de marzo se celebra el Día Mundial de la Naturaleza. La ONU declaró esta instancia para concientizar sobre el valor de la naturaleza y su entorno en nuestras vidas.
También es conocido como el Día de la Vida Silvestre, porque busca reflexionar sobre la extraordinaria diversidad natural de nuestro planeta, pero a su vez un número cada vez mayor de especies de plantas y animales, así como de recursos naturales, se encuentran en peligro o derechamente en vías de extinción.
Para destacar el gran alcance de proteger y cuidar la flora y fauna silvestres y su enorme valor cultural, económico, científico y social, el 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 3 de marzo como el Día Mundial de la Naturaleza, con énfasis en el cuidado de la vida silvestre.
La acelerada crisis mundial de la biodiversidad, con un millón de especies de plantas y animales en peligro de extinción, amenaza el milagro que es la naturaleza. Por eso el 2023 la ONU conmemora este día bajo el título “Alianzas en favor de la conservación de la vida silvestre” en honor a todas aquellas personas, además de organizaciones y empresas, del sector público y privado, que sí marcan la diferencia. Reconociendo iniciativas internacionales con objetivos globales hasta acciones escolares para recaudar fondos en beneficio de un grupo conservacionista, proyectos comunitarios o la publicación de fotografías que remuevan conciencias sobre las especies en peligro de extinción. Para la ONU, todas son alianzas válidas que ayudan a la sostenibilidad, la vida silvestre y la conservación de la biodiversidad.
La respuesta es sí, siempre y cuando todos los actores de la sociedad respetemos los acuerdos y trabajemos incansablemente para ello. Sabemos que los ecosistemas sanos y biodiversos sustentan todas las formas de vida en la Tierra, pero a pesar de los beneficios y valores que la naturaleza nos regala, la biodiversidad sigue deteriorándose. De hecho, en diciembre pasado, se llegó a un acuerdo histórico en la Conferencia de Diversidad Biológica de la ONU (Montreal, Canadá) para guiar las acciones mundiales sobre biodiversidad hasta 2030. Un plan ambicioso centrado en hacer frente a las principales causas de la pérdida de recursos naturales y garantizar que de aquí al 2050 se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza.
El plan estratégico de 188 países del mundo incluye medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza, incluida la protección del 30% del planeta y el 30% de los ecosistemas degradados para 2030. Además de propuestas para aumentar el financiamiento destinado a países en desarrollo.
El planeta está sufriendo la mayor pérdida de vidas desde la época de los dinosaurios. Son ya un millón de especies de plantas y animales las que están en peligro de extinción. En base a eso, es importante en el Día Mundial de Naturaleza, recordar cuáles son los principales objetivos para proteger y hacer por fin las paces con la naturaleza según dicha cumbre:
EN CHILE EL FENÓMENO DEL CALENTAMIENTO DEL PLANETA amenaza la fauna y flora nativa. Expertos advierten que la situación más preocupante se vivirá entre Antofagasta y Chillán. En concreto, el aumento de la temperatura y la reducción de las precipitaciones generan sequía e impacta a animales y a todas las comunidades biológicas.
Según los comités de cambio climático que se reúnen a nivel internacional, Chile sería una de las zonas más afectadas del mundo. Esa es la importancia de la adopción de políticas que ayuden a disminuir radicalmente las tasas de emisión de gases de efecto invernadero a nivel internacional.
De ahí que el 2023 marcará un hito en la urgente y necesaria transformación cultural que se necesita para producir el cambio de hábitos que ayuden a mitigar el cambio climático y sus efectos. Muchas organizaciones y compañías, del sector público y privado, y la misma ciudadanía, serán protagonistas de lo que se ha llamado “Modo REP”.
La Ley 20.920, ley marco para la gestión de residuos, la Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje, conocida como Ley REP, tiene por objeto disminuir la generación de residuos y fomentar su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización, a través de la instauración de la responsabilidad extendida del productor y otros instrumentos de gestión de residuos, con el fin de proteger la salud de las personas y el medio ambiente.
Es una tremenda oportunidad, estamos frente a la primera generación que podrá tener herramientas reales para incidir con acciones diarias a cuidar la naturaleza.
Se definieron siete productos que la ley llama “prioritarios”, ya que son factibles de recolectar y valorizar, además de contar con experiencia comparada a nivel internacional: Aparatos Eléctricos y Electrónicos, Pilas, Envases y Embalajes, Diarios y Revistas, Neumáticos, Baterías y Aceites y Lubricantes.
Fueron escogidos porque son un producto de consumo masivo, presente de forma transversal en el comercio. También porque generan un alto volumen de residuos al terminar su vida útil, principalmente residuos plásticos, de papel, de cartón, de aluminio y de hojalata. Estos residuos tienen un alto potencial de valorización, ya que todos son reciclables.
No es menor que el 80 por ciento del impacto ambiental de los envases se produce en su fase de diseño. Por eso conocer las materialidades es fundamental para tomar buenas decisiones y optar por envases sustentables pensados desde el ecodiseño. Según Leyrep.cl el 75 por ciento de las empresas que realizan un análisis de materialidad a los envases y embalajes, disminuyen los costos y uso de recursos en su fabricación, gestión y transporte, disminuyendo la carga ambiental en su huella de CO2 y huella hídrica.
De esta forma, quedan explícitamente identificados los actores que forman parte de la Ley REP y sus obligaciones: Productor / Importador, Comercializador, Sistema de Gestión, Gestor de Residuos, Municipalidades y Ciudadanos. Para cuidar la naturaleza, debemos trabajar juntos.
Compartimos algunos enlaces que pueden ser de interés:
Compartimos un estudio de CONAF sobre los efectos del cambio climático en las áreas silvestres protegidas de Chile.
Más información sobre Ley REP y Economía Circular en el Ministerio de Medio Ambiente de Chile.